• El ‘nuevo’ Arco de la Macarena vuelve a poner de manifiesto la historia cromática oculta de la ciudad
Cada brochazo que se daba borraba siglos de historia de una Sevilla que se iba larvando bajo capas de pintura. La gran sorpresa del ‘nuevo’ Arco de la Macarena recuerda a anteriores descubrimientos, como los de la Catedral, la Giralda o la Casa de la Moneda. Hallazgos que vuelven a poner de manifiesto los colores eternos de la ciudad.
Los que permanecen (o lo hacían) ocultos bajo mantos cromáticos. Una bandera multicolor formada por ocre, almagre, blanco cal y negro.
Cuando el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, presentaba el pasado martes la consecución de las obras frente a la Basílica de la Macarena lo que verdaderamente estaba haciendo eraretroceder casi tres siglos en el tiempo. Un año ha durado el viaje de recuperación del tono original de esta puerta de la ciudad. El arco ya no es amarillo albero, rematado con tonos encalados; ahora tiene un tono más ligero del ocre con acompañamientos de almagra.